martes, 26 de mayo de 2015

¿Cómo se innova en construcción?

Intentar entender la evolución de la innovación en el sector de la construcción, asimilándola con el sector industrial, donde las innovaciones se consolidan a gran velocidad, sería un gran error, ya que la construcción tiene una serie de peculiaridades que hacen que sea mucho más complicado que se produzcan grandes  innovaciones y que estas se apliquen y se estandaricen.
Los objetivos principales de la innovación en construcción, raramente son el descubrimiento de nuevos materiales (como fueron el hormigón armado o el acero inoxidable); ya que se utilizan productos basados en tecnologías muy antiguas, los objetivos de la innovación se centran en  la mejora de los procesos de producción o puesta en obra, cuya mejora en el tiempo exige procesos más largos que en otros sectores. Se necesitan períodos de varios años para adaptar los cambios técnicos que se van introduciendo, frente a otros sectores industriales que se actualizan más rápidamente.
Y es que aunque no pueda decirse que no exista innovación en la construcción, lo cierto es que el sector ha innovado muy poco comparado con otros sectores industriales (como el del automóvil, o el aeroespacial). El responsable de que esto sea así, es la extraordinaria fragmentación del sector. El sector de la construcción se compone de una inmensa mayoría de empresas muy pequeñas, con pocos empleados: frente a la industria, la construcción se compone de un gran número de promotores, constructores, proyectistas, fabricantes de productos, etc. Hoy en día casi todos los fabricantes, o comercializan sus productos en todo el mundo, o son pequeñas empresas que fabrican productos de uso local, pero compitiendo todos a nivel global.
A diferencia de la industria, cuyos productos se venden y compran para su empleo directo, los materiales y componentes de construcción se adquieren para integrarlos posteriormente en las obras mediante un proceso que precisa de un proyecto y una cuidadosa puesta en obra y ejecución. Son las dos fases del proceso de innovación: Creación o fabricación del producto y su introducción en el mercado, que, en construcción, finaliza con la incorporación a la obra.
El producto de construcción, frente al producto industrial:
– Está pensado para un uso muy específico, y en una obra concreta
– Precisa la puesta en obra para que pueda considerarse un producto terminado.
– Los agentes (técnicos, constructores) cambian frecuentemente en las obras.
– Debe tener una vida útil muy larga, considerando que forma parte de construcciones que son costosas y de las que, en general, se espera una larga vida útil
– Tiene un considerable impacto en el medio ambiente,
– Tiene connotaciones de responsabilidad muy altas (civil y penal).
Además, estas particularidades son aún más específicas si el producto es innovador, ya que su idoneidad de empleo y durabilidad se juzga a partir de ensayos de laboratorio y precisa avales técnicos, su utilización está condicionada a la existencia de regulaciones locales o nacionales específicas, y su puesta en obra depende siempre de instaladores cualificados, lo que dificulta en muchos casos su exportación… Innovar en construcción es una actividad compleja y no exenta de riesgos.
Aún así, el producto de construcción toma muchos de los procesos de fabricación del producto industrial, y es por eso que el término industria de la construcción, combina lo mejor de ambos sectores. La construcción no olvida la industria y así se utiliza el término construcción industrializada para definir el tipo de construcción que emplea de forma preferente los métodos industriales. Pero debe distinguirse entre industrialización de la construcción y construcción industrializada. El primero corresponde al proceso, mientras que el segundo corresponde al resultado.

Tipos de innovación
La innovación, además de la acción de inventar, debería ser un proceso continuo, un estado permanente de revisión del producto, de aplicación de nuevas tecnologías, de solución de problemas de mercado o de consideración de nuevas mejoras.
Se habla de tipos de innovación cuando se establecen las siguientes categorías:
· Innovaciones en los productos (desarrollo de productos con mejores prestaciones)
· Innovaciones en el proceso (mejoras de calidad, eficiencia en la puesta en obra)
· Innovaciones en el sistema de producción (mejoras de rendimientos, fabricación y puesta en obra con nuevos equipos)
· Innovaciones en el diseño (definición del modelo de cálculo, etc)
En general, las mayores innovaciones en construcción se dan con las dos primeras categorías, mientras que la innovación en los sistemas de producción para mejorar la producción se  encamina a mejoras para obtener resultados a largo plazo y la innovación en el diseño es menos frecuente. Y entre los dos primeros casos, es más corriente la innovación en el proceso, para las pequeñas y medianas empresas (PYMES), dado que el cambio es a menor escala, mientras que la innovación de productos está más al alcance de las grandes empresas. En todo caso, sea cual sea la tipología de las empresas, los empresarios, para involucrarse con éxito en innovación, deben tener conocimientos y medios, pero también resulta necesario, además, un plus de iniciativa, confianza, fe en sus propias ideas y, como no, algo de suerte…
Hay empresarios que pueden demostrar su interés por la calidad, por participar en el desarrollo de la sociedad, preocupados por el medio ambiente, etc, pero, en términos generales, el principal objetivo del fabricante es hacer negocio (ganar dinero) con la fabricación y la venta de sus productos. Y durante la venta, como en cualquier sector, tiene que hacer frente a la competencia y así, muchas veces por pura necesidad, las razones principales que mueven a la mayoría de los fabricantes a investigar se derivan de dos razones principales: Competitividad y reducción de costes.
El empresario ha de combinar conocimientos técnicos sobre el producto y su puesta en obra, conocimientos básicos y prácticos sobre los principios del negocio, capacidad económica y conocimientos sobre la industria de la construcción, con el fin de:
· Presentar innovaciones que tengan éxito.
· Comercializar el producto y los servicios que conlleva.
· Obtener financiación.
· Asegurar la permanencia y crecimiento de la empresa.
· Obtener beneficios.
Ser más competitivos o desarrollar adecuadas acciones de reducción de costes pueden realizarse tanto con acciones sobre el producto, por ejemplo, modificando la composición para mejorar o facilitar la aplicación o los rendimientos, como con acciones sobre el proceso de fabricación, por ejemplo, sustituyendo o mejorando los equipos, informatizando las tareas, o con acciones en la ejecución, por ejemplo, optimizando los procedimientos de puesta en obra; pero también con acciones, todavía no lo suficientemente frecuentes en las estructura de las empresas, como son el servicio postventa y de atención al cliente.

Innovar en tiempos de crisis
Los factores que más afectan al sector de la construcción y facilitan a las empresas la oportunidad de innovar, además de las nuevas tecnologías son, sobretodo, las normativas y los cambios en el mercado. La enorme influencia que tiene el sector público, al ser el Estado el que más invierte en construcción, ha provocado que tradicionalmente sea un sector muy sensible a los cambios económicos: en periodos de bonanza económica ha sido el gran beneficiado, y siempre que se ha producido una crisis económica en nuestro país, ha sido el gran perjudicado.
Es un hecho que, aunque la innovación es una ventaja para todo el sector de la construcción y para la propia sociedad, el coste que supone innovar está solamente al alcance de medianas o grandes empresas, y en situaciones de crisis económica tan brutal como la actual sólo las compañías más competitivas pueden sobrevivir, no sólo por ofrecer productos de mayor calidad, sino además porque en estas situaciones es cuando más solvencia se requiere.
El fuerte ajuste que está sufriendo el sector durante la actual crisis, debido a la gran oferta existente (empresas constructoras, ingenierías, etc) y la poca oferta de obra, tanto pública como privada, puede ser una buena excusa para buscar en alguno de los tipos de innovación que hemos comentado, el salvavidas que necesitan nuestras empresas para sobrevivir; por esa razón, históricamente, los momentos de mayor innovación en construcción coinciden precisamente con los finales de períodos de crisis económicas como la que estamos viviendo… parece que la necesidad aguza el ingenio.

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